Cecilia Ortiz, Argentina

Mi nombre es Cecilia Ortiz.

Soy de Argentina.

Resido en Olivos, Zona Norte del Gran Buenos Aires.

Escritora.

Cultivo y desarrollo poesía y narrativa (la poesía es mi preferida).

Comencé desde adolescente a escribir poemas y a generar historias con forma de cuento.

Mi labor artística es conocida.

Libros: En la  geografía de mis manos (poesía) Doce poetas argentinos del siglo XXI (Antología) Libro secreto (poesía)

Síntesis trayectoria.

Coordino talleres de Técnica de escritura. Formo parte del equipo editor de Palabras Diversas; Invitada oficialemnte a participar por trayectoria y obra en el XV Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, Oaxaca, México- Nov. 2007; Mujer destacada en letras en el 2008 por el Honorable Concejo Deliberante del Partido de Vicente López; Primer premio Asociación de Escritoras Contemporáneas del Ecuador, en el primer certamen de Poesía, Relato, Ensayo,»Libertadora Manuela Sáenz» con el poemario Canto a la libertad. Condecoración al Mérito Literario Libertadora Manuela Sáenz, (Oficio Nª035- AECE).

Me ubico en la Vanguardia(«La ubican como una poeta de fina sensiblidad, con recursos estilísticos interesantes y un lenguaje poético depurado en el que se advierten resonancias que provienen de fuentes de las escuelas de vanguardia» Nina Thürler, Doce Poetas Argentinos del Siglo XXI).

La amistad es un milagro del que somos creadores. Dar nuestra amistad o recibirla es un tesoro inigualable.

Una muestra de mi obra:

Gaviota en silencio

Mi gaviota sabe que el silencio

se descuelga en lluvias

-o son silencios de aquellos

que siempre hablan

(por hablar)

con deficiencia de sentido-

mi gaviota desafía la gravedad

te envía una carta llena de

sonrisas

(podría contener lágrimas

o varios temporales)

Ella y yo

hacemos mutismo de palabras antiguas

-viajeras como nosotras-

(amantes de lo imposible)

¿ser poeta es recrear sonidos sin fin?

Ella y yo

buscamos el tiempo azul

ese horizonte en las manos

-futuro se llamaba-

sabemos que en la lluvia se descuelgan

lágrimas

que el agua apaga el fuego

siempre

(calcina         evapora           enciende)

No podemos reinventar el tiempo

si olvidamos tejer miradas   -unas con otras-

Una carta llena de sonrisas y una rosa

florecida.

® Cecilia Ortiz

Libro secreto

*  *  *  *  *  *

Gaviota en grito

En todas partes se desteje

a mano abierta

entre labios silenciosos

( no puedo callarlo)

mi gaviota colecciona hilos de luna

acompañan mis ojos el vuelo

encendemos letras calcinadas

-las que no se dicen por no profanar

lo que está profanado-

junto a un fuego

rodeado de mujeres

(abrazadas a sí mismas)

nos angustian los credos excluyentes

(se despeñan ilusiones)

cascadas de injusticias

-qué sucede con la identidad enjaulada-

mi gaviota

corre      grita       aletea

imposible razonar este aprendizaje

en geometrías oscilantes

discriminación    discreta     disciplinada

lo enfrentamos  juntas    lo gritamos

con el rumbo     en llanto.

® Cecilia Ortiz

Libro secreto

*  *  *  *  *  *  *

Gaviota en éxodo

Mi gaviota y yo somos una

(en secreto – sin libro)

sabemos que en tierra somos desterradas

nos habla el vértigo   ciego de lenguaje

la muerte   con su forma en tránsito

podrá bañarnos en fuego

llevarnos

(viviremos en ella sin darle tregua)

entre sus ecos   sin nada adentro

(nos sabemos mortales)

pero somos paisaje de palabras

aire y tierra      océanos

sol     aire    mariposas.

Florecemos en el agua

vibramos

cuando una congregación de luces    crepita

y ya no hay tiempo

el día se consume.

Necesitamos un escape

a nuestra casa edificada en aire

ladrillo sobre ladrillo

no se deshace.

En éxodo         espiral de signos

en armonía con el día que disipa sonidos

en éxodo

dejamos huellas      sobre el papel.

® Cecilia Ortiz- Libro secreto

Zona de fuego/ la palabra- Primera ola

Detrás de mis ojos luce la ola empecinada en volver.

El mar a tientas, impulso tras impulso

insiste con su murmullo solitario y perfecto.

(extraña el amor)

No sabe decir adiós, siempre regresa.

Primera ola: con el frío de la palabra no dicha

Oigo el silencio corretear en el viento

ojos negros, brillantes, fijos

atrapan los míos, cansados, presentes.

Se pierde la noche dentro de mí

traspasa huesos, penetra

incendia recuerdos

los redime.

Espero.

Un fuego descarna la piel

de mi condena.

Tribunal y sentencia

breve tiempo entre luz vacía

suficiente para saber

del corazón víctima

de los ojos testigos en la noche.

Ya no tengo manos

para sostenerme del silencio.

Caigo.

La vida es una dádiva

gime en soledad

me incorporo

tal vez otros labios toquen el aire

tal vez otra mirada repose

mientras el silencio me devora

y es la noche misma que sucumbe

en mi garganta seca

por detener el grito.

® Cecilia Ortiz

Segunda ola: Palabras en conflicto

han pasado gaviotas por mis ojos

1

Mundo

atisba mi boca anodina, dispara su propio símbolo

la voz atrapa sonidos, los mastica, habla

urdida una trama mi corazón arrumba discordias.

anula mis confundidos fantasmas, razonan con otra voz

faltan y sobran

historias oficiosas, blancas, inmaculadas.

olvida mi voz, murmura cautiva por las circunstancias.

oculta mi callada victoria

(tan callada y sin rostro)

como diáfana luz -la misma sin duda- conocida

por la única razón

Vivir

simula mi acto, no hay salvación.

Alarma la altiva circunstancia: soy crucificada

aún sin cruz y con los brazos caídos.

Compara mi afonía, hablo a solas, lloro acompañada

por algo similar a una lágrima

-mariposa salvadora-

abarca mi ánimo, mis fisuras y mi intimidad

aparta polvo, traza un camino

soy criatura sin júbilo, con sol y borrascas.

busca mi ciudad atrapada con otra gloria

conozco la amargura, mi voz la soslaya

disimula mi fatiga, bajo antiguo blasón

la palabra.

Mundo

toma mi mano, analiza los surcos

obviando distancias, no hay traducción ni sino

sufro la provocación -forjada trampa-

parábola sin cruz dolorosa

mi garganta ansía clamor

traduzco la paz nacida fundando una visión

-dilata su cono mi oído para vivir palabras-

analiza mi cara, mira sus arrugas

la boca suspira, sólo canta al paraíso

todavía un último sol acompaña

una franca sonrisa (la ola sombría no implora, camina)

mojada mi faz, soy rocío

bulbo arraigado a su raza

-no hubo una sílaba unida a mi dorso agobiado-

abraza mi alma, soy icono hundido

bajo la antorcha

para saciar su pasión -susurro porfiado-

ata mis cabos, mis fallas y mi apodo

junto a mis manos, la boca y una ambición

no atribuyas cansancio al mutismo

guarda mi figura y olvida

sacrifico mi confianza, murió una paloma

ya no hay brazos -mis brazos-

tampoco labios, han pasado gaviotas por mis ojos

oigo la música rigurosa

una migaja salada crispa la garganta.

Di una ficción

para oír otra historia

2

Mis ojos callan el silencio

traducen de la sangre

palabras mudas.

.Mi sangre se aferra al cauce

deslizándose bajo la nostalgia.

Estoy en tinieblas.

Desprendida de voluntad

se abre una flor en el misterio.

Un pétalo aterido busca calor.

Todavía duele el credo

en la fórmula imposible

que vuelve a latir.

.Ese embrujo que ata mis pies

con lágrimas cómplices.

Alguien murmura un canto

sobre la grieta que alguna vez

fue mi boca.

-melodía ceñida a mi nombre-

En el altar ofrendo

labios ungidos de dolor.

Pliego con cuidado el sentimiento

exhalo sobre él la realidad.

Quiebro el silencio

libero la ausencia

cumplo con la ceremonia

de construir fantasmas.

Apenas soy testigo

de la seducción que acaba.

En el borde filoso de un puñal

una lágrima se inmola.

Web de Cecilia Ortiz:

Zona de fuego – La palabra


Un comentario
  1. chichin

    TE FELICITO LO LOGRASTE

Deja un comentario