Juan D´Ors, España
Juan D´Ors, poeta, nace en Madrid el 8 de diciembre de 1957. Es nieto del célebre escritor, crítico de arte y filósofo Eugenio d’Ors. Su educación va a ser esencialmente humanística: tanto él como sus hermanos se dedican a diversas ramas del arte.
Estudia en el Colegio Alemán de Madrid. Lo que recuerda con más cariño de esta etapa son las canciones, las poesías, los cuentos alemanes. Y las funciones de guiñol, las fiestas de Carnaval, el día del Conejo de Pascua, el día de San Nicolás… Otras fuentes importantes para su fantasía particular son los álbumes de Tintín y la música de los Beatles. En 1966 comienza a escribir cuentos de aventuras. Y se fabrica un personaje a su medida, mezcla de cantante y escritor semipúblico y solitario.
De 1971 a 1974, estudia en el Colegio Decroly. Allí desarrolla el amor por la escena y la dramaturgia. Otro pilar en su formación: las novelas y el universo del inglés Charles Dickens, que le inspiran sus primeras creaciones literarias.
En 1975, Comienza estudios de Filología Germánica. Primero inglés (influido por su afición a la época victoriana); después alemán. Su vida universitaria es más bien gris, y no acabará sus estudios.
Su etapa fructífera, desde el punto de vista literario, se da de 1976 a 1978. Escribe una obra dramático-poética, en contra del siglo XX, y escribe, sobre todo, mucha poesía. Parte de ella (hoy completamente dispersa) podría considerarse “surrealista”. El descubrimiento de la generación del 27 es fundamental. Etapa también atormentada. Se produce su segunda crisis a causa de un afán de totalidad: el escritor intenta abarcar un universo existencial, lingüístico y literario absolutamente “completo”, y se siente impotente. Sale del conflicto con una vitalidad más exteriorizada y en 1979 crea una compañía de teatro de adolescentes, algo bastante original en España. La dirige y ocasionalmente actúa también en ella.
Obra poética:
Qué miedo me da
Qué miedo me da
llegar
hasta tu encuentro,
qué miedo me ha dado.
Qué miedo me da
cruzarme
en tu camino lento,
y jugar en tu barrio.
Y
querer
ir deprisa
cuando se ha de ir despacio.
Qué miedo
el conocerte
y el que me sepas malo.
Se rompe el misterio,
la ilusión,
la idea, el salmo…
…Hay que ser valientes
para conquistar
tu almario.
Hay que ser dos héroes
para sabernos
santos.
Desafiando
el tiempo, la vida
y mis pasos,
hay que salir a la calle
y emborracharnos;
hay que disolver los secretos
y mostrarnos;
hay que sabernos ciertos
y salvarnos;
hay que quebrar el silencio
desafiando el tiempo,
desafiando.
Pero…
¡qué miedo me da!
conocer
tu cara,
y tu nombre,
y tus manos;
qué miedo me ha dado…
Qué miedo me da
que no seas hoja
en mi calendario,
que no vengas a verme
a mi cuarto,
o precisamente
que vengas
y se rompa
el encanto,
igual que un cristal
en mil pedazos.
No complaints on this end, slimpy a good piece.