Las Cruzadas I, Antecedentes

Teodora, emperatriz del Imperio Bizantino

Hacia mediados del siglo XI, la frontera entre los territorios islámicos y los cristianos está entre Constantinopla, la legendaria Bizancio, capital del Imperio Romano de Oriente, más conocido como Imperio Bizantino, y Nicea, apenas a tres días de marcha, capital del pequeño sultanato musulmán de lo que hoy día se conoce como Turquía. Alejo Comneno es el emperador bizantino; Kiliy Arslan es el sultán musulmán que reina desde Nicea. Ambas civilizaciones son las más avanzadas de su tiempo (China aparte); las dos poseen ciudades grandes y desarrolladas, la Administración es sólida, el comercio está pujante… Sin embargo, el Imperio bizantino está en una etapa de franca decadencia, mientras que los turcos selyúcidas están en plena ascensión. De hecho, el basileus romano (en realidad griego, pero que gusta de reconocerse como emperador romano y los mismos pueblos de oriente llaman a los griegos rum, de romanos), ha tenido que llamar alguna vez en su ayuda al sultán Suleimán (Kiliy Arslan aún no había nacido, aunque estaba a punto de hacerlo) para expulsar al franco Roussel de Bailleul, que había conseguido fundar un Estado autónomo en Asia Menor. Suleimán, al que no había dejado de extrañarle que el poderoso Imperio cristiano lo llamara en auxilio contra tropas también cristianas, fue muy eficaz en su ayuda. Roussel y los suyos fueron expulsados y Suleimán recibió como recompensa oro, caballos y tierras.

El Sultán Suleimán el magnífico

Por su parte, en el lado musulmán, Kiliy Arslan gobierna su territorio desde una ciudad en la que todavía abundan más las iglesias que las mezquitas y gran parte de su población tiene claras simpatías por el basileus de Constantinopla, Alejo, pues son griegos de origen.

Para ninguno de los dos son desconocidos los francos (a los que llaman frany y, según qué autores, se les puede encontrar denominados como faranay, faranyat, ifrany, infranyat…, en general, antecedentes de lo que hoy conocemos como franceses, aunque en sus tropas los hay alemanes -los francos, después de todo son de origen germánico-, ingleses e incluso españoles, si tuviéramos que usar terminología actual). Vienen de tierras feudales con una civilización rural en la que apenas hay comercio, ni siquiera moneda en muchos casos y la población se dispersa en aldeas alrededor de los castillos de los grandes señores. Pero no falta su presencia aguerrida entre las tropas bizantinas y, de cuando en cuando, aparecen por Oriente pequeños grupos de peregrinos o de mercenarios cuyas pesadas armaduras son su más llamativo distintivo.

Pero la Europa feudal está pasando tiempos de penuria y los comentarios de quienes vienen de Oriente es que allí la prosperidad se extiende por doquier en ciudades llenas de vitalidad y con una economía saneada y boyante. Además, son tiempos de fervores religiosos, en los que el ansia de una vida mejor se aúna al deseo de vida eterna y méritos para ello.

Así las cosas, se pone en marcha en territorios francos un movimiento encabezado por Pedro el Ermitaño, con un discurso religioso que enciende los ánimos de los más creyentes al hablarles de lograr para la cristiandad los lugares en los que nació y vivió Jesús (Cristo, el Hijo de Dios para los cristianos; el profeta Isa, El Ungido, para los musulmanes) y a los menos creyentes con la expectativa de conseguir riquezas, aventuras y prosperidad. Sus protagonistas europeos lo van a llamar Las Cruzadas. En el otro lado, sorprendidos primero, asustados después y, por fin, organizados para hacerles frente, las llamarán Las Invasiones Francas.

A lo largo de varios capítulos vamos a mirar un poco aquel periodo de la historia que ha dejado una huella en el subconsciente colectivo muy difícil de borrar y que, todavía, abre un foso de incomprensión, miedo y rechazo entre Oriente y Occidente, entre Occidente y Oriente.

Emilio Ballesteros



Un comentario
  1. Andión H.

    Aun asi Aunque el poder cese en el estado, la iglesia sigue en la intromision y quiere llegar a tener el poder que algun dia tuvo.

Deja un comentario