Los Moriscos, Hoy
Moriscos es como pasó a denominarse a los musulmanes andalusíes que, a partir de la pragmática de los Reyes Católicos de febrero de 1502 que obligaba a sus súbditos musulmanes a bautizarse si querían seguir viviendo en su tierra, so pena de ser expulsados si no lo hacían, se hicieron católicos en apariencia, aunque en su intimidad siguieron practicando el Islam. Con esa pragmática, los Reyes Católicos incumplían los acuerdos firmados en las Capitulaciones de 1492, cuando la toma de Granada, y daban inicio a uno de los episodios más penosos e injustos de la historia española.
Habrá que empezar por aclarar que no eran invasores venidos de más allá de nuestras fronteras. Eran andalusíes desde generaciones y generaciones y ni siquiera todos sabían hablar el árabe. Para conocerlos mejor hay que leer los documentos aljamiados que se han ido descubriendo a lo largo del siglo XX en tapiales, techumbres y lugares ocultos de sus antiguas casas y que sólo ahora se sabe que están escritos en español, aunque con caracteres árabes para estar a salvo de la Inquisición si eran descubiertos, pues en ellos dejan constancia de sus prácticas y creencias islámicas, junto a su ser y sentir plenamente andalusí. A presuntos entendidos (alguno incluso expresidente de gobierno) que no se avergüenzan de exhibir su ignorancia porque ni siquiera se dan cuenta de ella (es el problema de la ignorancia, que suele ser atrevida) cuando dicen que no es España quien debe pedir perdón a los moriscos, sino el Islam a España por haberla ocupado durante ocho siglos, habría que preguntarles si no hay que pedirle perdón a Roma por haber conquistado la península y por haber traído su cultura y su lengua, a los visigodos, griegos, cartagineses, bizantinos…, etc, etc por haber contribuido con sus aportaciones al ser español, y por qué al Islam sí. Quienes así piensan deberían leer todo lo que hay escrito sobre hasta qué punto el Islam español contribuyó a la cultura europea y su Renacimiento (Juan Vernet, entre otros, tiene algún libro muy esclarecedor al respecto) y al menos poner en duda la historicidad de la versión oficial que habla de una conquista musulmana de la península en tres años por tropas venidas de Arabia, como demuestra con datos y fuentes la investigación de Olagüe sobre la llegada a la península del Islam.
De una u otra forma, cientos de miles de moriscos fueron perseguidos, maltratados durante muchos años con cargas impositivas, persecuciones y prohibiciones sin número para, finalmente, ser expulsados de su tierra, asaltados en caminos y barcos desde los que se les debía llevar al exilio, masacrados y vilipendiados sólo por tener una creencia que seguían con fe, honor y corazón.
Su expulsión, que fue tan injusta e inhumana que hasta un personaje como el cardenal Richelieu (católico y no precisamente famoso por su dulzura) no pudo evitar expresar su desazón y su asombro cuando supo que a los que llegaban a Francia se les había cobrado por el agua de los arroyos o la sombra de los árboles cuando tenían que valerse de ellas camino a su destierro. Otros muchos acabaron asesinados, robados y tirados en cunetas o arrojados al fondo del mar desde los barcos en que los debían llevar a sus distintos destinos en el extranjero.
Muchos de los que consiguieron salvarse acabaron asentándose en el actual Marruecos como destino final; ciudades como Fez, Rabat o Tánger, entre otras, guardan huellas de los andalusíes allí asentados. Y todavía hay familias que conservan la memoria y documentos que acreditan su origen español. Niama Mumen es una de esas personas que explica en sus artículos y entrevistas públicas que incluso hoy en Marruecos, donde nació, al verla la creen española y se sorprenden al oírla hablar árabe. El apellido de su abuela es Molina y ella misma siente la necesidad de recuperar su antigua nacionalidad y que se les dé, a ella y a los suyos, el reconocimiento y los derechos que les corresponden por justicia histórica. Se hizo con la comunidad sefardí (judía), incluso se han atendido reivindicaciones de comunidades de antiguas colonias, como Filipinas; y sin embargo cuando los afectados son los moriscos, apenas si se les ha dado un tímido reconocimiento en iniciativas aprobadas por los parlamentos andaluz y español (en 2006 el primero y en 2009 el segundo, con la oposición del PP), pero sin concreción ni traducción en medidas que reconozcan públicamente la injusticia cometida y compensen el daño causado.
Hora es ya de que el gobierno español, sea del signo que sea, limpie (ya que borrarla no se puede) esa mancha de nuestra historia y haga un mínimo de la justicia necesaria para con los supervivientes de aquel genocidio del gobierno español contra una parte de su población.
Emilio Ballesteros
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
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Juan Vernet: Lo que Europa debe al Islam español. Ed. Acantilado. 2006
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Ignacio Olagüe: La revolución islámica en Occidente. Prurabelle Editorial. 2004
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Luce López-Baralt: La literatura secreta de los últimos musulmanes de España. Editorial Trotta. 2009
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Ahmed Thomson y M. Ata ur-Rahim: Historia del genocidio de los musulmanes, cristianos unitarios y judíos de España. Junta Islámica, 1989
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Rodrigo Zayas: Los moriscos y el racismo de Estado. Almuzara editorial. 2006
«…Asi pues, hemos de aceptar el hecho de que en la mente del mudéjar convertido pero que en su fuero interno continuaba siendo musulmàn,existia la convicciòn de que se habia visto obligado a aceptar el bautismo.( M.A. Ladero Quesada). Gracias Emilio, por tu interesantisimo articulo. Me preocupa y me fascina este tema! Serà porque, como lo la escrito manuel Machado, » Soy de la raza mora, vieja amiga del sol…tengo el alma de nardo del àrabe español».
De nuevo, gracias Emilio! Un abrazo.
Joan Garcia Figueroa.