Pa Negre, De la posguerra… ¿a los Oscar?
La elección de la película Pa Negre (Agustí Villaronga) por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas para representar a España en la categoría de mejor filme de habla no inglesa para los próximos premios Oscar de Hollywood, puede tener sus detractores, como cualquier proceso de este tipo donde se elige a dedo que algo o alguien es mejor que otro, pero en este caso se trata de una decisión razonable, que tiene muchos argumentos para defenderla, que no chirría y que tiene la suficiente calidad para dar un salto más.
La gran triunfadora de los últimos Premios Goya se ha impuesto a la última película de Pedro Almodóvar, La piel que habito, y a la de Benito Zambrano, La voz dormida. El siguiente paso es que sea elegida entre las cinco candidatas en el mes de enero para poder competir por el Oscar en la ceremonia del 26 de febrero. Tal circunstancia ya sería todo un triunfo, y optaría a entrar en el grupo de los elegidos de películas españolas premiadas como Volver a empezar, de José Luis Garci, Belle Epoque, de Fernando Trueba, y Todo sobre mi madre, de Almodóvar.
Y Probablemente ha sido seleccionada por la Academia porque Pa Negre, basada en la novela de Emili Teixidor, no deja indiferente, tiene la cualidad de esas películas que deja poso, positivo o negativo. Cuenta una historia cruda y real, de aquellas que incomoda, que reflejan las heridas que deja la Guerra Civil española y que dejan claro que hubo épocas mucho peores que ésta y donde poder sobrevivir ya era un lujo. Y además el argumento se va desarrollando, y el espectador lo ve, a través de los ojos de un niño, Francesc Colomer (Andreu), que ni entiende por qué se produjo una guerra ni la razón por la que los años siguientes siguen siendo tan horrorosos y no parecen acabar. No es la primera vez que sobrecoge la inocencia de los ojos de un niño, aún más indefensos que los perdedores de una guerra, en contraposición al veneno con ansias de venganza y muerte que desprenden los adultos implicados de alguna u otra forma en que continúe el sufrimiento.
El director de El mar ha sabido hilar una historia que conmueve, que encoge el alma desde el principio hasta el final, y lo hace dejando que los personajes expresen sus emociones sin ataduras, con la naturalidad y realismo que la sociedad demandaba. Los niños viven en un entorno difícil, de penuria, de engaños y egoísmo, pero van al colegio, pretenden aprender, se relacionan con sus compañeros y juegan con ellos, como lo harían en cualquier lugar de cualquier época, porque llevan el ADN del niño dentro de sí mismos y eso no se puede borrar. Y curiosean, buscan, se hacen preguntas y a pesar de que algunas cosas estén fuera de su alcance, siguen insistiendo. Luego están los adultos, los que viven con miedo a las represalias, los que no se asustan a pesar de que su pasado les pueda delatar, y los que tienen el poder, lo saben y actúan en consecuencia sin piedad. En este último apartado aparece con inusitada ferocidad el personaje interpretado por Sergi López. Si la película fuera floja, aburrida o pretenciosa, que no es el caso, siempre subiría su nota un actor como él. En cada escena que aparece hay talento escondido, dispuesto a explotar y a llevarse por delante todo lo que encuentre. Su paso por Francia, donde ha sido muy reconocido su trabajo, le ha hecho engrandecer su figura, que en Pa Negre aplasta a todas las demás por su odio y sanguinaria actitud.
El interés que va despertando el argumento en el espectador viene ayudado por la atmósfera personal, por el estilo bien trazado y la melodiosa dirección de Villaronga. Desde el comienzo crea un espacio mágico, diferente, de otra época que logra envolver y atraer, a pesar de que algunas imágenes resulten extremadamente duras por su violencia visual explícita (la primera escena del caballo cayendo al vacío) o por lo que significan (el aislamiento de chicos homosexuales como si tuvieran una enfermedad contagiosa). Además sabe marcar los tiempos sin aburrir, dejando que cada secuencia fluya al ritmo que lo requiere. Y no se equivoca, su experiencia al lado de una cámara hace que el conjunto quede casi redondo, sin lagunas importantes, y deja el sabor dulce de algo bien hecho.
Pa Negre, la primera película rodada en catalán que podría conseguir un Oscar tiene posibilidades, tiene una historia potente, tiene una dirección gloriosa y tiene varios niños en su reparto, algo que suele gustar en Hollywood.
Sergio Yuguero
Pa negre, Nora Navas
Música, Pa negre