Por ti, pueblo herido, ¡Viva México!
A veces ocurre que para una poesía faltan palabras.
A veces ocurre que la poesía habla por sí sola y tenemos que callar para escuchar su voz. Y es que a veces ocurre que nuestra amada señora levanta el velo del silencio y habla de la única manera que hablan los dioses: con hechos.
La globalización emprendió su rumbo acelerado hacia el poder y, con ello, hacia la miseria y el dolor. Los cuantos que se benefician de los propósitos con que la emprendieron, creyeron que podrían dominar al mundo. Que los pobres fueran más pobres, que la incultura sacara bandera, que los jóvenes no alcanzaran la esperanza y el pueblo se ahogara en la desesperación fueron sólo algunos de los muchos desatinos que sembraron en el camino hacia su gloria personal.
Los desertores de la Paz, de la Concordia, del Respeto y del Amor, se olvidaron de los poetas cuando trazaron su plan maestro. Y es que resulta que no sólo es poeta el que escribe versos sino también el que los vive y el pueblo Mexicano está mostrando, a golpe de paso firme, el mejor de sus poemas.
“Los hijos son la poesía”.
“México quiere sentir la voz de la poesía y a los niños en la calle”.
“¡Morelos, despierta, están matando a tus hijos”.
“Paz = Justicia, Verdad, Amor, Libertad, Equidad y Solidaridad”.
“¡Ni un muerto más!”.
“El pueblo unido jamás será vencido”.
“¡No más sangre! ¡No más violencia!”.
“¡Menos armas y más poesía”…
Y más… Y más… Muchas más pancartas (o mantas) con frases como estás, llamando a gritos la Paz, cruzan el territorio mexicano con la bravura de defender el único ideal que jamás podrán destruir los caballeros de la muerte: el Amor. Y con el dolor del Amor herido, México grita amor y muestra amor. Los cambios sociales ya no los hacen los políticos, en ellos nadie cree. Los cambios sociales los hace el sentimiento; los hace la unión de un pueblo condenado al ostracismo y cuando los pobres se unen y reparten y comparten con sus semejantes lo que pueden y lo poco que tienen y, si no lo tienen lo consiguen con sudor de frente, ahí hay Poesía.
Hace apenas unos meses, ejecutaron en Cuernavaca al hijo de Javier Sicilia (poeta y periodista mexicano) y a seis personas más: cuatro jóvenes amigos de Juan Francisco, su hijo, y dos adultos. Desaparecieron un fin de semana y aparecieron asesinados en el municipio de Temixco. Dicho así, y si el mundo no sabe o no quiere saber lo que está pasando en México, puede parecer no sé qué porque es tanta la violencia que estamos presenciando en todo el mundo que pareciera que estamos inmunizados y nos diera igual. Pero si se sabe que van 40,000 muertos, que el terror siembra los espíritus del pueblo mexicano y el dolor los corroe, entonces, entonces es otro el cantar. México ya no soporta más muertos y el pueblo ha salido a la calle. No queda un rincón que no se solidarice con la marcha nacional por la PAZ ni un mexicano de corazón que no se una a la marcha. En épocas de disturbios mundiales, México lleva palabras de Paz y Amor y, una vez más, es un ejemplo a seguir.
Hoy mi poesía lleva el nombre de México y sus poemas diarios sin palabras son los que llenan este espacio. Hoy mi poesía lleva el nombre de cada uno de los jóvenes, niños y adultos asesinados. Lleva el nombre de Javier Sicilia y de todos los Javieres Sicilia de todas las ciudades y pueblos de México: de todos los padres, madres, hijos y hermanos que lloran el vil asesinato de un ser querido. Asesinan sin misericordia como si con ello pretendieran destruir la esperanza; pero la esperanza vive y tiene un nombre: Pueblo.
México, sigue mostrando tu brava nobleza. Que nada ni nadie te detenga. Camina en silencio si es preciso, pero camina.
Por ti, pueblo herido, ¡Viva México!
Ultimatum de Javier Sicilia a las autoridades
http://www.youtube.com/watch?v=Y7Cr-VTWFA0&feature=related
Carta abierta de Javier Sicilia a políticos y criminales
Ejecuciones
Marcha por la PAZ en Cuernavaca Morelos
Mara Romero Torres