¡¡Gobiernos del mundo!!

Las diversas situaciones que cada uno de nosotros estamos viviendo en nuestros respectivos países nos tenían con la voz a medio grito; pero la catástrofe ocurrida en Japón nos ha cortado la voz en seco y, durante unos días, muchos de nosotros hemos observado y seguido con espanto el dolor de un pueblo con temple de coloso para vivir y morir.

Japón nos está demostrando que es un pueblo de héroes en ciudadanía. La cara de los supervivientes al desastre nos muestran su agarre a la vida; sus ojos, la seguridad de una muerte predispuesta a seguir teniendo alzada su guadaña. Mientras continúan los temblores de la tierra y se teme una repetición atroz, la población espera la continuación del desastre en un seguir la vida cotidiana con honor cargado de sorprendente civismo y un puñado de hombres trabajan contra reloj, sometidos a límites antihumanos de radiación, para detener la caída del titán radioactivo.

Sé que la comunidad internacional ha estado pronta para enviar condolencias y ofrecer apoyos; pero…

¡¡Gobiernos del mundo!! Os lo voy a decir sin más rodeos: Ajustad los protocolos y sentad precedente en todos los desastres venidos y por venir. Japón necesita ayuda urgente, ¡más que urgente! No es hora de que os sentéis a deliberar qué hacer ni cómo. Es hora de actuar sin que os paréis a pensar en presentes ni futuros beneficios. Dejad los acuerdos empresariales y aferráos al acuerdo humanitario. Enviad expertos preparados que colaboren (si es que los hay que estén suficientemente preparados en teoría y práctica para lo que está pasando; y ayuden a detener al monstruo que el propio hombre ha creado; ¿o acaso tuvo inteligencia para crearlo y almacenarlo y ahora no la tiene para frenarlo? No esperéis a que sean las Organizaciones No Gubernamentales y los propios ciudadanos los que demos respuesta humanitaria… que la damos y la daremos. Los que formamos el pueblo, en la mayoría de los países, estamos viviendo cada vez con más opresión y precariedad; pero no dudéis de que si tenemos medio pan nos quedaremos con un cuarto para dar el otro el cuarto. Pero (y voy a usar de forma repetitiva todos los «pero» que hagan falta) vosotros tenéis el dinero, el poder y los medios. Usad ya esa tríada de la manera que está haciendo falta. No queráis conformarnos con decirnos que estáis revisando nuestras centrales nucleares porque, dicho sea de paso, si decís que en ellas todo está controlado, quizá debamos empezar a preocuparnos; pero este tema para después, ahora queremos que llegue la ayuda a Japón y que lo haga sin restricciones: adonde no lleguen los coches que la ayuda caiga en paracaídas; en donde falten manos para levantar, sufragad gastos e impedid que algo sea un obstáculo para ir y estar.

¡¡Gobiernos del mundo!! En nombre de todos los pueblos del mundo, dad un paso adelante en y por la Humanidad. Sois vosotros los que tenéis los medios para que los pueblos avancen en la paz y en la prosperidad y es de vosotros de quienes esperamos ver manos solidarias desinteresadas ante el tamaño de este dolor que nos muestra las lágrimas en un pueblo que no llora en público. Enviad ayuda sin demora. Enviad ayuda material y hombres voluntarios expertos en radioactividad. Sé que ir allí es exponer la vida al contagio radioactivo, a los temblores de la tierra y a las ondas talludas del Océano; pero también sé que en todos nuestros países hay héroes que, como el pueblo japonés, saben luchar por la vida sin temerle a la muerte.

Mara Romero Torres



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