José Luis Zúñiga, España

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José Luis Zúñiga

Nació en Cantabria en 1949. Desde el 3 de abril del 2011, sumamos a esta fecha la de su muerte. Se licenció en Derecho por la Universidad de Deusto y, en su època de financiero activo, fijó su residencia en Madrid. Iniciado en la poesía desde muy temprana edad, publicó numerosos poemarios:

  • A medio andar (1971)
  • Presencia final (1990)
  • Lugares (1997)
  • Nombres propios (1997)
  • Calma chicha (1997)
  • La lluvia de los pájaros (2000)
  • Peinarse cada día el corazón (2004)
  • Tiempo a destiempo (2009)
  • Patrias parias, (Argentina, Ediciones Encendidas, 2010)
  • Ya veo la bala en mi cabeza (2011)

Con el heterónimo de José del Primor, publicó relatos cortos:

  • Cuando íbamos al monte (1998)
  • Escribo con pluma (2002)

y el libro de poesía:

  • El grito del Taguloguta (2006)

Poco a poco, fue creando un imaginario poético de cierta entidad que recopiló, en gran parte, en:

  • Era otro hoy (Ediciones el Primor, Madrid, 2008)

En el 2009, quedó finalista en el I Concurso de Poesía de la Editorial Poesía eres tú, 2009, con su poemario Tiempo a destiempo.

Como cantautor, retomó sus apariciones en directo, actuando en salas como Trovadicta o Clamores. Compuso más de doscientas canciones que abarcan diversas épocas y estilos. Desarrolló también una pequeña actividad como responsable de Ediciones del Primor, cuyo catálogo acoge más de 50 títulos.

Son breves trazos de un poeta que ha dejado, de forma brusca e inesperada, grandes lagunas de ausencia en quienes lo contamos como amigo y al que, desde aquí, rindo mi humilde homenaje y brindo tributo con el lenguaje que unió nuestros caminos, la poesía:



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Para Tí, y te sigo debiendo una


«¡Corre, tinta!

Que no son las cinco de la tarde ni el sol tiende un capote de grana y oro sobre la arena de la vida.

¡Corre por la noche y atraviesa el día!

Atrapa la voz del viento, antes de que su imagen se pierda en el ocaso, y llévale su guitarra.

¿Cómo va a surcar los cielos, si no la lleva de barca?

De sus cuerdas se fugaban las ferias de vanidades y, amando a esa mujer de madera, cantó a la libertad.

¡Corre, tinta!

No te detengas y escribe seguido en rojo, amarillo y malva para que en el Arco Iris José ponga los colores que en la tierra faltan.


Juntando haces de amor,

Osado cual los valientes,

Supo vivir y morir

Enhebrando puño y dientes.


Zaranda usó para cribar

Utopías de realidades.

Ñandubay incorruptible

Incendiado de verdades,

Ganó al truco la partida

Aguijando potestades.


Y de la empírica fosa que calcinó sus sueños, emergió su fe para creer en ti, en mí y en el nosotros vivificante de su último poema;

en la vida meritoria de ser vivida… aunque se acabe al instante;

en la alegría de la amistad compartida;

en lo perdido y ganado… en el hombre incorruptible que firma ilusión sobre la incertidumbre

y en el que, musitando su credo, crea la necesidad de creer

haciendo crecer la música de sus versos en la orilla del camino, plagado de sonrisas y ternura,

que ha dejado.»

©Mara Romero Torres, poema para José Zúñiga



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De su blog, la cuenta atrás

http://yozuniga.blogspot.com/


JUEVES 24 DE FEBRERO DE 2011

tuya es la luz

.
¡Qué insensatez acumular recuerdos
cuando es viva la luz!
Ante tu pecho erguido no hay ocaso,
amanece sin pausa un nuevo día,
presencia inacabable,
inagotable fuente de horas vivas,
regazo sugerido de futuros descansos.
Tuya es la luz, no hay nadie
que pueda arrebatarme la antigua claridad,
ningún recuerdo, ninguna hermosa historia
frente al irrefutable resplandor que hoy emanas,
precisamente hoy, hoy sobre todo,
mansa luz que se filtra
por cada poro de tu cuerpo adulto,
poderoso, a golpes de oleaje
cincelado. No cabe recordar,
sólo morir amando sorbo a sorbo.



SÁBADO 5 DE MARZO DE 2011

más pienso

.
Era un hombre muy alto; tanto, que tropezó con una esquina y se quedó sin occipucio.

Le gustaba saberse, pero se bebía.

Mañana será otro día, dijo. Se equivocó.

Tan molesto era su aleteo que lo aplastó de un manotazo. No era una mosca.

Quien tiene un amigo no tiene dos.



LUNES 7 DE MARZO DE 2011

ella (13)

.
Me dices: ven.
Acudo a tu regazo.
Duermo a tu abrigo.

Todos mi fuegos
ardieron en tu zarza.
Hoy soy ceniza.

Sella tu boca
un tiempo transparente.
Eres instante.

Cuando penetras
en mi arboleda espesa
yo ya no estoy.


SÁBADO 12 DE MARZO DE 2011

la mesa

.
Sobre la mesa negra se derrama
tinta también negra;
dos muñecos negros gritan
porque la mesa se espesa, se agranda, se acerca.
Y el cuarto se vuelve negro,
y el mundo se vuelve negro,
y los muñecos, y los muñecos…
(Llueve: la lluvia rompe
la losa de los patios.
Todo está negro, porque
la lluvia y los relámpagos
son negros).
Los muñecos, negros como están,
se miran absurdos.
¡Se jodió el azogue y el cristal!
No se ve nada.
Todo está negro.



LUNES 14 DE MARZO DE 2011

relato dominical

.

Pasa frente al portalón grande de la casa. Hay dos niñas sentadas en la bancada de piedra, junto a unas hortensias. Pasea lentamente, el viejo, sofocado. Se detiene un momento. Observa el dibujo de los tirabuzones rubios, el viejo. Una mariamulata vuela raso. La que parece mayor de las dos niñas se levanta. Comenta algo a la otra, hace señas hacia la ventana más próxima a la puerta, sale brincando. La que parece más pequeña mira al hombre, le dedica una canción con tenue vocecilla. Levanta su mano hacia el sombrero el viejo: Buenos días, le dice. No corre aire. Hola, contesta ella. Qué día más bonito, ¿verdad?, y sigue el viejo andando.

En la siguiente casa, que parece un buchinche, más allá del arbusto que marca el final del sendero, otra mariamulata está picoteando los despojos del gato y otras niñas hablan de cosas con cautela. Las greñas de su pelo le llaman la atención. Acorta el paso. Sigue por un camino ralo que conduce hacia el castillo. Flanqueado por unos robles bajos, en cuesta, sube cansinamente. Nuevamente levanta su mano, saluda hacia algún sitio y se quita el sombrero. Se airea. Gotas de sudor mínimas perlan sus labios. Sube. Pronto debe sentarse sobre el polvo. Hoy es domingo, piensa, y los domingos son para descansar, es una lástima no haber traído el abanico, bueno. Piensa también en las dos niñas de las trenzas y en las dos de extramuros. Qué extraño, nunca las vi, nunca las vi antes de hoy. Cansado, se levanta y retorna. Una mariamulata se cruza en el camino. Quita, apártate de aquí, pájaro inmundo. Se posa en su hombro el pájaro con furioso aleteo. Vaya, murmura, qué domingo más raro. Vuelve a verlas, a las niñas morenas, esta vez oye gritos dentro dela casuca. Una riña doméstica, sin duda. La bronca voz de una mujer irrumpe en el bochorno. Le gustaría acercarse, pero en su caserón está esperando una mesa dispuesta especialmente porque hoy tiene invitados.

Ya de buena mañana, el servicio ha atendido sus instrucciones, siempre tan atinadas, las mismas instrucciones que atiende el servicio cualquier mañana de domingo cuando el señor tiene invitados, como hoy. Vuelve a ponerse el panamá. Le gustaría entrar en esa casa con aire de buchinche, sí, con esos gritos, las niñas que imagina sucias, la mujer que reclama cualquier clase de ayuda. Una pluma de mariamulata le nubla la vista fugazmente. El trote es ahora llevadero. Las niñas de los bucles, la mata divisoria, otra vez. A lo lejos, los invitados comienzan a llegar. Se queda con las ganas de entrar al garito, pero es que hoy es domingo, tal vez si fuera lunes o miércoles… Le asalta una bocanada de calor y le parece oír, mezclado con los voceríos de la mujer, el sonido ya casi olvidado de una marimba de tecomates. Qué diablos, dice, y arroja hacia la copa del roble más lejano su sombrero, que se pierde en el aire. No sin un cierto pálpito se alivia del chaleco y desabotona la camisa blanca.  Se descalza, hace un gurruño con los pantalones, echa a andar cuesta arriba nuevamente. Hay tres mariamulatas que le siguen graznando. Se quita, ahora ya con ansión, la ropa que le queda y así, como una marimonda fuera de lugar, corre estremecido a besar a las nenitas rubias. Las nenas huyen despavoridas. Mejor. Mira el cielo, azul, como ha de ser, susurra, y busca a la mujer de enormes pechos, adivina, y olores penetrantes, allá, por donde canta la marimba. Hoy no es domingo, grita, que hoy es fiesta.

[paseo]



MIÉRCOLES 16 DE MARZO DE 2011

casisoneto casialegre

.
Cuando el duro bregar del día a día
apenas da para intentar canciones;
cuando atosigan las tribulaciones,
¡qué sana es la alegría!

Cuando se dice tanta tontería
en boca de gorrón, que no gorriones;
cuando preñan la noche nubarrones,
¡qué sana es la alegría!

Me apunto a la chacota y a la risa,
al desenfreno, a la parranda, al canto,
al quedarme sin blanca y sin camisa.

¡Ay de aquel que sucumba al camposanto!
Le diré que más calma y menos prisa;
yo, aunque enfermé, curado estoy de espanto.



SÁBADO 19 DE MARZO DE 2011

ojos

.
Siempre hay un ojo
hay un ojo que mira
hay un ojo que embiste
hay un ojo que tienes
que cerrar

hay un ojo virojo
hay un ojo gafado
hay un ojo con lágrimas
y también hay un ojo
seco

hay un ojo perverso
hay un ojo que grita
hay un ojo cotilla
hay un ojo falsario
hay un ojo en la calle
hay un ojo que mira
más allá del ombligo
hay un ojo que ha visto
sin querer

hay un ojo con vigas
hay un ojo triángulo
hay un ojo maldito
hay un ojo con bolsas
en el párpado

hay un ojo divino
hay un ojo buenojo
hay un ojo gitano
hay un ojo perdido
en el pajar.

Siempre hay un ojo.

Hay un ojo distante.

Siempre hay un ojo
que ha perdido
la niña de sus ojos.



LUNES 21 DE MARZO DE 2011

lamparones

.
Raspa de pescadilla
enroscada, mordiéndose la cola,
hecha un ocho, un hachazo
en la taberna, lamparones de grasa
en los manteles, zurcidos calcetines
a la luz de las velas. Mantequilla.
Pido la paz y sobre todo la palabra. No puedo.


NADIE HA INVENTADO LA PALABRA.

Seré sumamente escueto esta vez que ya se sabe que vamos todos un poco liados. Se ha distribuido por ahí un mail sobre algo de “pun fix” o así. Yo, desde luego, no lo he hecho, o sea que es spam. Como por alguno correos que me han llegado veo que puede inducir confusión, aclaro:

La presentación de ya veo la bala en mi cabeza se mantiene el día25, viernes, a las 7 y media de la tarde. O sea, mañana. Seré puntual y, por supuesto, no es preciso llevar invitación alguna. La entrada es gratis hasta completar el aforo.

La duración del acto será aproximadamente de una hora, cuchufletas y firmas de libro aparte.

La presentación correrá a cargo de Elvira Daudet. Leerán poemas conmigo Elia Maqueda y Pablo Medel.

Nares Montero realizará un magnífico reportaje fotográfico. El equipo del maestro Enrique Gracia Trinidad grabará el acto. Eliatrasteará con las mezclas musicales. Fran Cano es el autor del cartel que se ha distribuido. Finalmente, David Álvarez se encarga del trasporte y la intendencia.


Imagen de previsualización de YouTube


Pues eso. Aclarado queda.

Un abrazo. Se os quiere,

Zuñi



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Hasta siempre, amigo. Hasta que nos volvamos a ver, te seguiremos

sintiendo.


Mara Romero Torres


Del cariño que dejas, al que te llevas

¡¡¡GRACIAS!!!

Nota: José Zúñiga me envió unos temas suyos a mi correo. Para  acceder al código y poder intercalarlos entre sus poemas, me  he abierto una cuenta en el espacio donde él los tenía y, ya dentro, los he subido a mi nueva cuenta; por eso aparece mi nombre en el grabador de reproducción y no el suyo. Lo he añadido en esa cuenta como amigo…


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