La improvisación del sentimiento y la magia de los acordes
«El jazz perdurará mientras la gente lo escuche con los pies y no con la cabeza»
John Philip Sousa (1854 – 1932, Compositor y director musical norteamericano de orquesta)
Es posible, que cualquiera que tenga una mínima complicidad con la música (sí, sí, he dicho bien «complicidad con la música»), por sentir y sentirla, sabría más o menos identificar el blues, la música gospel, o un jazz.
No vamos a dar lecciones técnicas ni rítmicas, porque lo que tratamos de hacer, es acercarnos al diálogo musical, para entrar en conexión con los mensajes de los acordes. Y qué mejor manera, que apreciando el modo en el que confluyeron los diferentes estilos, y cuál fue y ha sido la clave para que hayan llegado hasta nosotros y haberse adaptado a nuestros días.
Es difícil datar el nacimiento del jazz, puesto que fue una evolución musical a partir del encuentro y fusión de varios estilos, en una danza de improvisación de ritmos y sentimiento entre la música afroamericana y la europea, con la llegada de los esclavos negros a Estados Unidos a partir del siglo XVII.
El escenario, Estados Unidos, y los estilos entretejidos hasta crear otro propio y único como el jazz, fueron:
* Las danzas tribales y paganas de los esclavos, la representación musical de sus «amos» en pequeños actos de reunión entre ellos y/o baladas en las plantaciones, que derivarían en el blues, definido como «feeleng», sentimiento profundo para comunicar algo para lo que no se hallan las palabras. Hay quien dice, que en el blues podemos encontrar una pena profunda, una huella de nostalgia, y un deseo de sueño y canto por la libertad.
* Los espirituales y la música gospel, nacidos a partir de la «instrucción» y predicación del mensaje cristiano a los negros, que a su vez, encontraron similitudes entre las antiguas escrituras y su propia historia de sometimiento por el hombre blanco y plasmaron sus miedos y deseos a través de las representaciones de grupos de musicales y de canto.
* Y el ragtime, que es un estilo pianístico escrito en partituras, que hizo furor entre los años 1895 y 1910, y que sincroniza la superposición de un ritmo regular con la mano izquierda, y el ritmo sincopado de la mano derecha que también utilizará las «blue notes» (juego musical que caracteriza al blues, que altera la tercera y séptima notas de la escala).
Con la fusión de los puntos anteriores, el alma, el sentido, el juego musical y del sentimiento, y la tradición nacida en Nueva Orleans de acompañar los funerales con las orquestas y bandas improvisando himnos durante su recorrido por las calles de la ciudad, nace lo que hoy llamamos Jazz.
Amigos, nos encontramos ante un estilo musical difícil de definir, un universo nacido de la improvisación, sin métodos ni partituras, donde la audición y la intuición juega el papel más importante. De ahí, que el músico de jazz vaya creando al mismo tiempo que actúa, y que a su vez, esa sea la característica más destacable y lo más virtuoso y admirable. Esto permitirá incluso que nos encontremos con que dos versiones diferidas de un mismo tema pueden distar una de otra como cosas diferentes dentro de una misma esencia.
El Jazz juega con nosotros, nos invita a participar, a formar parte del movimiento, a entregarnos con el espíritu. Así pues, yo sólo os invito nuevamente a que descubráis la magia de la experiencia a través de una pequeña selección musical hecha para vosotros sobre los grandes maestros, dejaos llevar, «pensad con los pies» como bien dijo John Philip, y bienvenidos a la nueva aventura de esta semana…
JELLY ROLL MORTON
NEW ORLEANS RHYTHM KINGS
KING OLIVER
ORIGINAL DIXIELAND JASS BAND
SIDNEY BECHET
FLETCHER HENDERSON
LOUIS ARMSTRONG
BESSIE SMITH
FATS WALLER
ART TATUM
COUNT BASIE
BENNY CARTER
CHARLIE CHRISTIAN
COLEMAN HAWKINS
BILLIE HOLIDAY
BENNY GOODMAN
DUKE ELLINGTON
ELLA FITZGERALD
LESTER YOUNG
DIZZY GILLESPIE
CHARLIE PARKER
THELONIOUS MONK
CLIFFORD BROWN AND MAX ROACH
MILES DAVIS
JOHN COLTRANE
DEXTER GORDON
SONNY ROLLINS
CHARLES MINGUS
ORNETTE COLEMAN
CECIL TAYLOR