Marcel Socías Montofré, Chile
Marcel Socías Montofré, nació en Santiago de Chile el 19 de febrero de 1969. Periodista y Licenciado en Comunicación Social de la Universidad de Chile. Se ha desempeñado como Director del Diario La Hora, además de académico de las Universidades Central y de Las Américas. También ejerció como ghostwriter para Editorial Santillana en Santiago de Chile, corresponsal en España para Revista Cosas, autor de la obra de teatro “¿Quién mató a Gaete?”, libretista de radioteatro para Radio Universo, guionista para Televisión Nacional de Chile y corresponsal de la Agencia Alemana de Prensa (DPA). Incluye entre sus escritos una serie de reportajes –en calidad de corresponsal extranjero- en Diario La Nación respecto de la realidad económica-social de Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala (Crónicas en Viaje). Además se ha desempeñado como periodista del Diario La Nación (experiencia laboral en secciones Deportes, Crónica, Política, Espectáculos y Temas Emergentes). Previamente ejerció como corresponsal Agencia UPI y periodista Radio Nuevo Mundo.
Publicaciones:
Selección de los mejores cuentos de verano en Diario La Nación (de Santiago de Chile)
Serie de reportajes sobre la vida y obra de Pablo Neruda en Diario Página 12 de Buenos Aires, Argentina.
Ganador del concurso de cuentos breves de la Universidad Central de Chile.
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Selección de su obra poética
Algunos siempres…
Siempre que escucho
por los altavoces de la playa
que se ha perdido un niño
pienso
que he sido yo
… ahora, sin embargo,
me ha dado por pensar
que definitivamente
me quiero perder
contigo
en alguna orilla
deshabitada…
como en la tierra
de Peter Pan
… sólo entonces podré pedirte
que me leas en susurro
mientras dejas dormir tus pensamientos
… sólo entonces descubriremos
que el tiempo
la luz
y el color
caminan de puntillas
… mudos
ingrávidos
transparentes
hasta
que
tú
apareces…
… porque siempre apareces,
siempre eres esa luz que sin sonido habla,
que sin piel roza,
que sin peso desequilibra,
que nos araña y nos ama,
nos muerde y nos besa.
Esa luz de cristal que tiene la melancolía,
frágil,
como la luz que poseen algunas faros
… esa luz peregrina que tanto se parece
a un dios nómada
a una estrella fugaz.
Como una hoguera
en una playa deshabitada
(con los altavoces silenciados
por el ruido de tu ternura)
como un pestañeo
donde me caminas
con la piel descalza
como el guiño
de esta hermosa suerte
de haber entendido
que los altavoces
llaman por dos niños
mientras tu y yo
nos hacemos de sordos,
nos escuchamos de miradas
y nos abrazamos
para que el mar
se lleve nuestras soledades
y nos deje tranquilos en la
orilla
donde por fin podamos construir
aquellos
castillos de arena
que dejamos inconclusos
cuando comenzamos a crecer demasiado
hacia afuera
y muy poco hacia dentro…
… allí donde habita
lo que siempre quisimos ser…
y aún espera por nosotros.
* * *
Austral imaginaria
Llegas
y me arropas
con tu mejilla
de gladiolos
y araucarias
me llueves
este agosto
andino
junto a un refugio
de alerces seculares
y así germina
tu tibia naturaleza
por el fuego
de
aquellos
volcanes
que despiertan
cada vez
que te imagino
como un país
extenso
y fino
desde tu cuello
en desierto norte
a los tobillos
de tus
bosques australes…
Por eso
te siembras manantial
en tus montes
y contornos
y mis dedos te buscan
y se mojan
en los ríos
que ofreces
para llegar
a ser océano
… y Pacífico
Por eso mis dedos
te escriben
como
si
fueras
las hojas
de un sauce
que hunde
sus ramas
en
tu
arroyo
y luego regresa
verde al llano
para darle tono
a mis abedules
Este es mi viaje
imposible
éstas son
tus
palabras
escritas
en el diario de vida
de Robert Falcon Scott
Y
mientras
extiendo
la mirada
tanto viento sur
me susurra
que entre tu paisaje
y mi bienvenida…
… sólo hay
enormes extensiones
de paciencia
contenida…
… en creerte
cierta
después
de
tantos
desaciertos…
* * *
Mientras preparo un café pienso que…
Cuando vengas tal vez no sepas mi nombre
pero sí sabrás hacerme olvidar otros nombres
cuando vengas sostendremos las miradas
hasta limpiar los ojos de visiones pasadas
cuando vengas saltaremos de la última página hasta el molde de las letras
a la resurrección de algunas emociones necesitadas de uso
(como decir “necesito”… como también «seamos»)
cuando vengas coronarás esta paciencia
la porfía
la ternura
y el coraje…
… de creerte posible después de tantos imposibles…
Mientras tanto avanzo y salto
sobre memorias y detritus
de lo que fuimos y ya no somos…
mientras tanto sólo el frío que atrapa nuestro cuerpo,
que congela la piel como la soledad al resto…
* * *
Deseo concedido…
Vamos a buscar, entonces,
las palabras de este poema tuyo.
Vamos a suavizar la voz para que los versos se embriaguen de dulzura,
como si en cada letra vertiéramos algo de vino
y un sorbo de miel.
Como dioses vamos a crear de agua y arcilla un manantial de ángeles
y luego los repartiremos de norte a sur, de tu mirada a mis ojos,
de tus labios a mi beso.
Vamos a amanecer este poema con tanta fuerza que aclare las sombras,
que encienda soles
azules y verdes, risueños y ruiseñores.
También te vamos a imaginar posible y hasta imposible, irreductible de ternuras,
dulce piel que te viste como si fueras un país encantado,
un océano de hechizos.
Como los antiguos navegantes vamos a izar velas en tu cuello,
para dar la vuelta al mundo en tus mejillas.
Vamos a besar estas palabras tuyas como quien besa los días
después de un largo destierro de sentimientos.
Como pasos de caracol en silencio vamos a buscarte, sin apuros ni ansiedades,
como quien espera que lleguen los días felices.
Vamos a abrir las puertas
a una hoguera en el cielo, a un labio de mar que bañe tus tristezas,
que las deje sobre alguna playa donde por fin la alegría sea un deseo concedido….
* * *
Sobrevoltajes transitorios…
Hay que desabrocharse la piel
y los músculos para escribir…
Desnudarse como un embrión
para que la palabra sea sincera…
escuchar sus contracciones,
su desesperación por nacer,
atarle un par de plumas
a sus zapatos
agitar la respiración
en cada letra
y, sobre todo,
encender la luz…
Encender la luz
allí donde nos engaña
esa penumbra por donde vagabundean los recuerdos,
los más usados,
los más intactos,
los más selectos,
los que aún esperan…
.
Esa luz que sin sonido habla,
que sin piel roza,
que sin peso desequilibra,
que nos araña y nos ama,
nos muerde y nos besa…
Esa luz donde entibiar los cuerpos
cuando acusan la
necesidad de estar con alguien
y sentir que en ese instante,
en ese hermoso instante,
uno está completo…
Y entonces
ya no hace falta
desabrocharse la piel
y los músculos para escribir…
porque el silencio se justifica,
porque las palabras sobran
porque nuestros labios
se han tornado
en hilos conductores
y están
definitivamente
encendidos
y alegremente
ocupados…
P.D. Al fin y al cabo… ¿A quién
le importa
que luego nos llamen
de la compañía de electricidad
para acusarnos
de sobrevoltaje transitorio…?
* * *
Por eso te pienso…
Buen pasto y Facundo
y yo no llevo más que una trilla de versos
sin duda este sur sería menos transitable
si yo no contara con tus mensajes de la web
por eso te pienso en mi delirio incontinente
con su vértigo de andenes
que me ha llevado
a este paraíso de helechos y una perdiz,
con ciervos andinos y martinetas,
lengas voluptuosas
y un whisky Smuggler
… o vino latitud 33°.
Por eso te pienso
y te recuerdo
como brisa de luciérnagas
y hasta vientos de Far West,
Te pienso en un balcón
del lago Fontana
y te escribo con aroma a gramíneas y llanuras,
con sabor a media luna y los cursos de agua
que levantan su voz hasta mi cuarto del City Hotel,
mi cuarto donde te despierto por las mañanas,
te despierto de azucenas y viñedos,
fincas en flor y lluvia de verano
donde se baña tu dulce presencia de ambrosías,
tan natural y tierna como un catalejo,
tan necesaria como un cupido tabernario
con su piano bar, su cantina y más
allá de la ventana el anciano molino de Telsen,
con sus nubes y claros de sol,
sus Melinas, Ducasse y pierd noir,
con su Billy Wilder, Gaudí,
Cervantes y Saavedra,
todos alrededor
de estos versos que te abrazan,
estos versos last but not least,
mientras yo sigo siendo
velero en su botella,
navegante del Atlántico sur,
vigía como Rodrigo de Triana en su carabela,
esperando, Paulina, que después
de tanto viaje
llegue a tus labios como quien descubre un nuevo continente,
aunque en lugar de gritar “¡tierra… tierra!”
de seguro será como saltar desde
mi ventana al cielo.
* * *
Propiedades del oxígeno
Y al séptimo día descansó…
Pero al octavo amanecer
miró alrededor y
no se levantó hasta las tantas,
no comió,
no se vistió,
no se peinó y
no se lavó los dientes…
En realidad, no supo siquiera qué hizo hasta las seis de la tarde.
A esa hora se metió en la ducha…
Y cuando salió y miró alrededor,
vio que no había más abajo donde seguir cayendo…
Así que se puso de puntillas,
se impulsó
y saltó hacia arriba,
despacito,
muy despacito,
como un globo torpe y tierno,
alegre de saber que
la bronca
también puede ser oxígeno,
al menos Dios intentando hacer algo mejor…
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Enlace a su web
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¡Bienvenido a Arte Fénix, Marcel!
En los momentos difíciles, siempre hay un faro que ilumina las aguas serenas del lago. Leer tu poesía es como reencontrar la esperanza en la tempestad. ¡Gracias, amigo poeta!
Mara Romero Torres
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