
Rosario Bersabé Montes. Nacida en Écija (Sevilla), (1944).
Poemarios editados: De roca y yerbabuena, 2008, prologado por Hugo González Hernández. La cruz del verbo, 2010, Prologado por Francisco Fernández Pro-Ledesma.
Ha colaborado. Con escritores solidarios, en el libro de la Campaña de Navidad 2009, (Una Navidad, Un niño, Un libro). En la campaña, (Libro solidario para HAITÍ), 2010. En la compilación de poetas Iberoamericanas, (Cantos de sirena), 2010. Y con la revista poética Prometeo de Cunit (Tarragona).
Finalista en el 2º certamen poético (Prometeo) de Cunit, (Tarragona). Y finalista del IV Certamen Poético (Luz De Luna) de L’Hospitalet de Llobregat, (Barcelona).
Poemas:
SU MEJILLA FRÍA
Vencida flor de su mejilla fría,
efluvios del espliego y los jazmines
límpida fuente, arroyos cantarines,
vida que por sus cauces se perdía.
Anhelos que profana la agonía,
lívido crisantemo, albos jardines,
atenuado el color entre maitines
como restándole la luz al día.
Agotada, buscando su retiro
en su dolor, las fuerzas ya vencidas
y enfrentada a la muerte pretenciosa.
En sus labios el último suspiro
al caer de sus manos doloridas
el pétalo marchito de una rosa.
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LA FLOR DORMIDA
Nació de mi jardín de primavera
la más hermosa flor jamás nacida,
cubierta de rocío amanecida
de fino terciopelo pareciera.
Llegó dormida, como si estuviera
por la frialdad del viento estremecida,
temprana le llegó la despedida,
¡Tan delicada flor perecedera!
¡Por mariposas blancas escoltada
y entre lluvia de pétalos de rosas
finalizado el largo y dulce vuelo,
cual ángel de blancura inmaculada,
fue acogida con manos amorosas
por los custodios ángeles del cielo!
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TE ROBARON LA INOCENCIA
Te robaron tu mundo de inocencia,
feroces cual jauría de animales
te arrancaron tus grandes ideales
sin ningún miramiento ni conciencia.
Humillaron tu credo y tu existencia,
y con saña de mentes criminales
tu vida la quebraron cual cristales
sin escuchar tus ruegos de clemencia.
Hoy quieres olvidarte del pasado,
perdonar los agravios que te hirieron
clavándote a traición mil puñaladas.
Mas el rencor te tiene amordazado
y tus buenos deseos se rompieron
devorando la furia a dentelladas.