Mari Luz Escribano Pueo, poesía completa
Edición de Remedios Sánchez
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💌Un abrazo a tres banda
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Si ahora mismo tuviera que hablar, no podría.
Escribo más que leo y leo más que escribo (y entiéndase esto como algo que está al otro lado de su significado literal o entiéndase como se quiera, me da igual). Escribo mucho y leo más. Guardo lo que escribo, luego lo repaso o lo rompo y pongo el libro en el estante de la librería cuando lo termino; pero, de la misma manera que apenas saco algo de lo que escribo, poco se sabe de lo que leo. La lectura me ayuda a crecer y la escritura me ayuda a andar. Llevo haciéndolo así desde que me conozco. Y ahora voy a tener que tomar alguna medida seria porque este corazón que tengo anda desbocado y, cuando veo o leo ciertas cosas, lo mismo que río lloro y lo mismo que lloro río.
La cosa empieza así: cuando tengo un libro en mis manos por primera vez, lo primero que hago es acercarlo a mi cara y olerlo pasando rápido sus hojas. Eso es lo que hice también con esta «Poesía completa» de Mariluz Escribano Pueo: saqué con el aire de las hojas el olor a libro nuevo y lo respiré profundo grabándolo en mis sentidos. Cuando ya casi habían pasado todas las hojas, el libro se me quedó abierto en un soneto: «Hoy yo debo decirte: estoy cansada […] » Dice el primer verso. Y al instante se me hiela la sangre porque no me esperaba un manuscrito. Repaso emocionada buscando más y encuentro más. Es como si Mariluz me enseñara su cuaderno de diario o los folios o las cuartillas salidas de su máquina de escribir. No me lo esperaba. Creía que me iba a encontrar un libro como son casi todos los libros de este tipo. No lo es. No es un estudio, una recopilación de datos o un desarrollo al uso. Empiezo a leer desde el principio, ya con detenimiento, y se me va haciendo claro porqué es diferente y de dónde viene la fuerza de lo que voy leyendo. En cada palabra, hay un alma viva, una energía activa, unas ráfagas de calor que iluminan las vivencias, los pensamientos, los vacíos, los gozos, esperanzas y desconsuelos en la trayectoria que conforma y da forma a la vida de Mariluz. Es Remedios Sánchez , su amiga de vida y de después de la vida, la que une su cariño al de ella y a ella y lo compila en un tomo de pastas negras (como cierta historia) que rezuma amor.
Remedios coge los retazos de vida de Mariluz, los ensalza como una joya preciosa y nos entrega una vida explicada al máximo, sin escatimar en detalles. El resultado es un abrazo a tres bandas: el que Mariluz le da a la vida y a la memoria, el que Remedios le da a Mariluz y el que nosotros le damos a las dos. Es imposible reprimir las ganas de abrazarlas cuando te han llevado con semejante sutileza por los rincones del alma de Mariluz y has sentido su tristeza, has sufrido la orilla del margen, te has levantado en su lucha, la has visto mujer como tantas hemos sido y aún somos, has acariciado a la niña huérfana de padre y a la madre con ropa negra y mirada gris…
Tengo muchas ediciones de Cátedra Letras Hispanas, pero ésta resalta de forma especial. La empatía es inevitable.
Gracias, Remedios Sánchez, por la forma en que has hecho que Mariluz sea nuestra, de todos.
Gracias por hacer que personas como yo, que encontramos un singular deleite en el aprendizaje, encontremos un faro que nos guíe.
Gracias, de corazón.
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Mara Romero Torres