Héctor Molinari, Argentina
Para saber un poco de ti:
Bienvenido a Arte Fénix, Héctor. ¿Cuál es tu país de origen? ¿Dónde vives?
Soy Argentino, vivo en Buenos Aires (que pco a poco deja de ser la Reina del Plata)
¿Cultivas la escritura, la música, la pintura…?
Cultivo (si la creación es sembrar semillas) la poesía, la literatura en general.
¿Cuál es el género o géneros que desarrollas?
Novela, cuento, libretos de TV y Radio, Guiones de cine, poesía
¿Cuándo empezaste a desarrollar tu faceta artística y qué o quién te llevó a ella?
Hace más de 70 años, cuando a mi madre se le ocurrió la maravillosa y atrevida idea de parirme.
¿Se conoce ya tu labor artística o estás intentando darla a conocer?
Ya se conoce
Si ya has publicado, expuesto, actuado, etc., danos una breve reseña de tu trayectoria artística.
Periodista, ex Jefe de Redacción del Diario Crónica, libretista de Canal 9 hace años y trabajos en la TV de Puerto Rico. Autor de un libro de poemas y otro en lista de espera, en la mitad de su trayectoria, una obra de teatro y una noverla.
Cuéntanos brevemente con qué época de la historia del Arte, de la Literatura o de la Música te identificas y cuáles son tus autores favoritos.
La historia de la literatura no tiene principio ni fin para mí. «Consumo para ser feliz» autores como Cortázar, Arlt, Benedetti, Shakespeare, Borges, Poe, Mujica Láinez, Jauretche, Neruda, Sábato, Ciro Alegría, José Saramago, y la nueva literatura española y Latinoamericana. Libros de cine y teatro.
¿Qué es para ti la amistad?
Una necesidad para sentirse vivo
Una muestra de su obra:
Boliche
Un día me dijeron que había
un edén de noctámbulos poetas,
un rincón donde el dulce de la vida
habitaba en los vinos y ginebras.
Un día me dijeron que había
un manicomio de cuerdos soñadores,
un vértice de manos y caricias
que acumulaban otros tiempos y mejores.
Un día me dijeron que había
mil soldados dormidos de guerrillas,
un capitán feroz de la esperanza
al frente de un pelotón de las mentiras.
Un día me dijeron que había
algo así como un duende prepotente,
que ponía sobre el estaño de la vida
el amor, la amistad, las cien esperas.
Un día me dijeron que había
entre esos batallones de amargura
el punto suspensivo de un abrazo
apretado hasta morir con mi ternura.
Un día me dijeron de un boliche
de Serrat, de Heredia y de Neruda
y entonces me quedé con las promesas
que sólo guillotinan amarguras
Exprimí aquella luna de San Telmo
huérfana de noche y de misterios.
Un día me dijeron y aprendí
que me puedo suicidar junto a unos versos.
Al minuto elemental en que la vida
apuesta su verdad jugando al rango,
se gana el hambre en una huelga
y produce el banquete del futuro.
***
El gato de Charlie
Está siempre así,
de bigotes caídos.
Como una eterna huelga prepotente
llena de vida y de dulzura,
de sexo,
de chiquilìn encontrado
en el vértice feroz de alguna noche.
Aunque es remolón
también es cómplice del silencio
y de sus compinches cartoneros
que de tanto en tanto,
cuando sale a vagabundear,
le tiran un pedazo de cielo
o un montón de ternura hecha cornisa.
Conversador malogrado
de malogrados parroquianos,
asesinó su destino viajando por las calles,
por ese interminable turismo de la vida
que inevitablemente
en el charter de un vaho de ginebras
lo llevaba siempre al mismo lugar.
La escalera del boliche de Charlie.
***
Soledad
Te pido respiro para morirme,
que me lleves en ancas de tus fantasmas,
me regales la última gota de tu ginebra
y juguemos juntos un truco de almas.
Solo te pido que en los silencios
que caminan tu piel hecha durazno,
te quedes esperando en los zaguanes
donde te sorprendemos quienes te amamos.
Solo te pido,
Soledad acompañada,
que discutas con Cristo de tu ternura,
y me prestes un rato el loco mundo
donde esquivan cornisas mis amarguras.
Somos un horizonte de mil palabras
que te acercan novelas aún no escritas,
las manos interiores que te caminan,
el beso demorado en la última cita.
Los fantasmas con ropa de cien riberas
donde niños desamparados
descubren sus mariposas,
el pasillo sin canceles, los buenos días,
la salada lágrima rota en la rosa.
Tan sólo te pido, hoy te pedimos
que seas el milagroso esperma de estos curdelas,
la tierra que se asombra con nuevos soles,
silenciosa, interior, totalmente pura.
Pedacito de luz, relámpago y capricho,
inconcebible ausencia gastada de sorpresas.
Te queremos así, amanecida a duendes
esquilmada de piel, de manos y tristezas.
Recordando lo que amé
Fuiste como una mariposa.
Como el minúsculo punto de la vida
que señala el camino.
La caricia suspensiva,
la gota de miel que va cayendo
en un torrente de besos,
como el insólito paréntesis del diálogo.
El demorado beso en el andén
donde se esperan de pie las madreselvas.
Fuiste el sonido del silencio
que pobló mi soledad de gente sola.
La gota de gin que se demora
sobre la ribera de las lágrimas.
El abrazo que anuncia
su caliente beso de universos,
su çonsciente o inconsciente sexo
diplomándose de amor con sus teoremas.
La universidad de la ternura,
el inocente rango y mida de la vida,
el rectángulo de patio con malvones
que la inocencia se jugó a la bolita.
Las cuatro trenzas donde entonces
demoraba el azúcar de mis manos
y la invasión de primaveras
anunciando un campanario de promesas.
Un caliente nido de palabras,
Un títere feliz,
las dos monedas que se quedaron
dormidas cuando el alma
se trenzó de amor con los aljibes.
Todo ocurrió
cuando llegué tan solo y solitario
de la vida,
hasta tu mundo intermitente de sorpresas.
Recién entonces me dí cuenta
que eras,
lo que había inventado Dios
para la Biblia.
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Hola gente gracias por hacerme saber de este autor años queriendo comunicarme con el .No se si existe la posibilidad de contacto con el mucha suerte ,muchas gracias.Martin
Hola, Martín.
Ya me gustaría poder darte noticias de Héctor Molinari. Por desgracia, hace tiempo que no sé nada de él; pero en cuanto sepa algo, te lo hago saber.
Gracias por visitarnos.
Un afectuoso abrazo.
Mara Romero Torres
tuve la suerte de conocerlo, ser su amiga y compañera varios años de trabajo, genio
quisiera decirle a la gente que desea conocerlo que por desgracia nos dejo en el 2009…una gran desgracia
Gracias, Sivia.
Llevo años queriendo saber de él y me duele mucho esta noticia. No tuve la ocasión de conocerlo personalmente, aunque en la distancia sí que compartimos durante un tiempo el trabajo de un sueño cultural. Además, tuvo la gentileza de escribir el prólogo a uno de mis poemarios y, si ya entonces sus palabras fueron un tesoro, ahora lo son mucho más. Siempre fue una persona noble y honrada, grande entre los grandes, y estoy segura de que fue un caballero hasta el final. Tuvo siempre mi admiración, respeto y cariño y eso es algo que nunca nadie podrá cambiar.
Gracias de nuevo, Silvia.
Hasta siempre, Héctor, mi gomiamigo. Nos veremos en ese Cielo del que me hablabas tanto.
Mara